lunes, 5 de diciembre de 2011

Cuaderno de Zombitácora I

Me llaman Inhumano y busco zombies. Voy a ocultar mi verdadero nombre por cuestiones de seguridad, pues mi propósito suscita muchas dudas entre la población en general. Levanta opiniones encontradas que bien podrían acabar en agresiones físicas.Más de una vez, cuando propongo mi tesis al público, me espetan un “¡Loco!” o un “¡Vete a pastar, friki!”, en ocasiones acompañados de certeros salivazos. Maldita sea, cuantas veces habré oído eso de: “Niño, aléjate de ese señor, no vaya a ser que te pegue algo”.

¿“Señor”? ¡¡Joder, solo tengo 23 años!!

Mi situación era crítica. Nadie daba un duro por mis ideas. Pero hoy ha cambiado todo. En esta página se me ha dado un apodo y, lo que es más importante, la oportunidad de expresar mi opinión sobre un tema de candente actualidad: los zombies.

Aunque muchos se nieguen a reconocer su existencia, todo el mundo habla hoy de los zombies. Gracias a series como The Walking Dead hasta el más pintado podría mantener una conversación sobre un tema que antaño estaba circunscrito a círculos de opinión más bien reducidos. No obstante hay una serie de puntos en los que seguro que diferirían, pues no hay una opinión única, clara, definitiva y definitoria acerca de lo que son los zombies y la amenaza que suponen para la población. Siempre surgen dudas acerca de la naturaleza no-viva de estos seres, hasta en las conversaciones más “nerds”, donde de hecho se juntan eruditos en la materia que acaban desencadenando encarnizados enfrentamientos sobre si existen los animales zombie o si el zombi nace o se hace.

Por eso decidí arrojar algo de luz sobre el tema. Por el bien de todos, voy a intentar demostrar la existencia de zombies con argumentos, con hechos, haciendo gala del inquebrantable empirismo que caracteriza un buen científico, para que de una vez por todas la gente tome conciencia de que viven totalmente expuestos al peligro. Y he viajado hasta un lugar recóndito en tierras suecas para hacerlo. El lugar exacto lo mantendré oculto junto a mi verdadero nombre motivado de nuevo por el propio instinto de supervivencia. Desde mi enclave pondré en práctica todas mis habilidades y conocimientos para poder lograr mi empresa. Dios sabe que no es fácil y que probablemente acabe muy mal o lo que es peor, que no obtenga ningún resultado satisfactorio, no obstante creo que es algo que alguien tenía que hacer algún día y ese día ha llegado.

Os iré informando periódicamente de mis hallazgos. No se con qué asiduidad, ni con qué acierto, pero tened siempre presente una cosa: lo hago desde mi mayor aprecio y admiración a la especie humana, por la que pongo mi vida en juego.

Os mantendré informados. Vigilad vuestras espaldas.

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