Probablemente
estéis al tanto de lo que os traigo hoy. Por mi parte es toda una
novedad, además de una más que agradable sorpresa. Como ya os
estaréis dando cuenta, el rol que he adaptado se ha duplicado de
manera equitativa, dividiendo esfuerzos de forma salomónica por una
parte en la búsqueda activa de zombies y por otra en la tarea de
proporcionar información útil al lector, ambas igual de
importantes, pues bien es sabido que la información es la
herramienta base de la que se ha de disponer de cara a la elaboración
de un plan de resistencia óptimo. Pues bien, partiendo de esa
premisa, he de decir que me descubro ante el protagonista de la
entrada de hoy.
Si
la semana pasada alababa la iniciativa de unos señores ingleses por
poner a disposición del público en general un curso intensivo de
supervivencia y estrategia, hoy es un placer daros la noticia, a los
que no lo sepáis, de que alguien ha ido un paso más allá y ha
construido un refugio anti-zombies digno de mención. No es solo un
agujero en el suelo, mucho hormigón armado y unas cuantas latas de conserva.
Nada más lejos. Se trata de toda una infraestructura dedicada
enteramente, centímetro a centímetro, a la supervivencia. Cada
rincón de esa guarida rezuma sentido común y ganas de vivir. Pero
lo mejor es que el propulsor de este proyecto, con todo lo que
conlleva, está afincado en el Estado español, concretamente en la población de Cànoves de Vallès Oriental, comarca de la provincia de Barcelona. La
salvación existe y está en Cataluña.