Para las pasadas Navidades me regalé la trilogía de 'Los Caminantes', de Carlos Sisí. Sin embargo, no fue hasta hace un par de semanas que empecé a leerla. Hace unos días terminé la lectura del primer libro y, aunque estoy sin palabras, intentaré hacer una reseña que esté a la altura (me váis a permitir que me extienda un poco más de lo normal, que el libro lo merece).
Estupenda novela, con un gran inicio, un claustrofóbico y trepidante desarrollo y un final que te deja con ganas de más, de mucho más. Situar uno de los pasajes iniciales del libro en la playa es uno de los grandes aciertos de Sisí. Un día cualquiera, en el que tanto malagueños como turitas (guiris y de la tierra) disfrutan de un día estupendo para bañarse en aguas de la Costa del Sol. Pero, ojo, algo va mal. Las olas del mar no sólo traen algas y conchas. Y ahí comienza el torrente de 'Los Caminantes' en una Málaga apocalíptica donde el Polideportivo de Carranque parece ser el único lugar seguro para sobrevivir.
Otro elemento a destacar de la primera novela de la saga es el papel que juegan las alcantarillas de la ciudad como vía de supervivencia. El autor describe perfectamente la acción que transcurre en su interior, aunque, tal y como afirma el propio Carlos Sisí al final del libro, desconoce cómo son en realidad las cloacas malagueñas. Bajo la tierra de la ciudad andaluza, varios de los protagonistas viven auténticas aventuras que llegan a ser batallas épicas por sobrevivir: incursiones para inspeccionar posibles caminos, carreras sin fin para huir de los muertos vivientes... Pero, a lo largo de esta primera entrega, los protagonistas no huyen sólo de los zombies... huyen de algo más. Mejor dicho, de alguien más. El villano perfecto: inmune al apocalipsis, con la cabeza totalmente ida, y con ese punto de radicalismo religioso que tanto anima la novela y hacer dudar a los supervivientes. Así es el Padre Isidro, uno de los mejores personajes malvados (de los que nunca puede faltar) que me he encontrado, más peligroso que los muertos vivientes.
Para mí, la gran virtud de Carlos Sisí en la primera entrega de 'Los Caminantes' es la creación de los personajes. Desde el valiente Juan Aranda, un sólido y sacrificado líder, hasta la frágil y a la vez dura Isabel, pasando por el valeroso Moses y, cómo no, el Padre Isidro, cegado por su fanatismo. Por no hablar del gigantón Dozer, quien consigue erizar el cabello del lector en una de sus conversaciones con Aranda: "¿Has ido alguna vez al cementerio? [...] Ve algún día, si sacas cojones [...] Túmbate sobre una de esas losas y escucha. [...] Algunos están vivos. En sus tumbas. Ahí abajo."
'Los Caminantes' es una novela estupenda, que sobrecoge desde el inicio e impresiona con su final, donde, tras el sufrimiento y la agonía, una pequeña luz aparece en el horizonte. El pasaje final es para enmarcar, y lo digo refiriéndome a que alguien debería dibujar, pintar o rodar esa escena de Aranda sonriendo. ¡Seguimos leyendo!
· Reseña "Los Caminantes" | Reseña del libro en blog DemasiadosLibros, 16/3/2011
· Reseña: Los Caminantes, de Carlos Sisí | Reseña del libro en CrónicasLiterarias.com, 19/5/2010
· Reseña de Los Caminantes | Reseña del libro en Libros-por-leer.com, 16/8/2011
Sin lugar a dudas una gran reseña para esta gran obra. lo unico decirte que si te gusto los caminantes, con necropolis alucinaras como me ha pasado a mi. Padre Isidro ya no es un villano perfecto: es culto por ese personaje. Absolutamente brillante.
ResponderEliminarEn cuanto tenga tiempo me gustaria incorporar un enlace de tu web para que los que visiten mi web puedan disfrutar de la tuya.
Te animo a que visites mi web
www.zombiesinfectados.blogspot.com
¡Gracias por comentar, José! Espero disfrutar de la saga y de su final y reseñarlo como se merece. Te enlazamos aquí también, ¡un abrazo y gracias de nuevo!
ResponderEliminarYo leí los 3 libros y sigo leyendo algunos de Sisí...y lejos los mejores
ResponderEliminarlos personajes no son los típicos Gringos poderosos, sino que se reflejan como
la persona normal, la que tiene miedo, la que llora, la que sufre.
En breves palabras, una obra maestra de principio a fin. 10 / 10