"¡Oh! Qué bien, van a rodar una película basada en la novela 'R y Julie'. Esa tengo que verla, me gustó el libro". Perfecto. "Anda, Isaac Marion, el escritor, será uno de los guionistas". Muy bien. "¡Más noticias! La película se llamará... 'Memorias de un zombie adolescente". Primer aviso. "El protagonista es Nicholas Hoult, el chavalito ese de 'Skins'". Segunda advertencia. "¡Y también sale John Malkovich!". Alarma. "Pues aquí dice que comparte productora con la saga 'Crepúsculo'". El fin.
Pues sí. Cuando todo parece indicar que tienes razones suficientes para no ver una película, la ves. Te sientes arrastrado por la típica duda. ¿Y si no es tan mala como lo parece? Luego, la lógica se impone y ruegas a Dios todopoderoso que te regale dos horas más de vida para recuperar el tiempo perdido sentado en esa maldita butaca. Otra opción es someterte a un formateo del disco duro, para que borren de tu memoria el esperpento de película que acabas de ver. Porque sí, putrefactos y corrompidos amigos, 'Memorias de un zombie adolescente' es un pastel. No vais a encontrar nada positivo en esta breve crítica, pero si os apetece seguir leyendo, adelante.
Partamos de la base. El libro me gustó. Creo que Isaac Marion hizo un gran trabajo con 'R y Julie'. Incluso consiguió que tolerara a zombies inteligentes, cosa de la que suelo huir. Un muerto viviente debe ser ajeno a la realidad, instintivo y letal. Pero en la novela, tal y como está planteada la trama, me gustó. Encajaba. En la película es otra historia. Los zombies crepusculianos han sido un fiasco. Película sin ritmo que no consigue transmitir en ningún momento la sensación de angustia que refleja la novela de Marion. Además, la caracterización deja mucho que desear. R se parece más a Gerard Way en plena faena que a un zombie. Es lo que ocurre cuando se pretende crear al Robert Pattinson de los muertos vivientes. Pues no. Ni Edward es un vampiro, ni Nicholas Hoult es un muerto en 'Memorias de un zombie adolescente'.
Si yo fuera Marion, estaría muy, muy, muy cabreado con la producción de la película. 'R y Julie' engancha, entristece, conmueve, y el final, aunque extremadamente fantasioso, gusta. 'Memorias de...' repele, encabrona, avergüenza y te convence de que el experimento ha salido rana. Por cierto, John Malkovich fatal también. No la veáis. Es un consejo, sobre todo, para los que han leído el libro. Que esta chorrada no destroce lo que vuestra imaginación creó mientras leíais a Marion.
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