No nos emocionemos, esta secuela no relacionada trata de un caos desatado por culpa de dos terroristas que asaltan a unos científicos cuando portaban un experimento de alto secreto. Este experimento llamado 'Death One' capaz de devolver la vida a los muertos. Cuando uno de los terroristas se hace con tal experimento recibe un disparo abriendo un orificio causando una infección sobre el terrorista y su consiguiente zombificación. Tras ser abatido el zombi-terrorista, el ejército decide incinerarlo provocando que el humo cree un fenómeno atmosférico infectando a pájaros y otros animales, infectando estos a los seres humanos provocando un 'outbreak' o estallido.
Al igual que en la anterior película, Lucio Fulci nos vuelve a impresionar casi 10 años después con el realismo de sus zombies, que me he tomado la libertad de clasificarlos en tres clases. En primer lugar, el zombie clásico o de Romero, el muerto viviente cuya única preocupación es alimentarse de un humano a base de mordiscos. En segundo, tenemos al zombie 'Street Fighter', aquel no-muerto que antes de serlo no tenia ni idea de artes marciales y que tras transformarse en muerto viviente, por lo visto, también se ha convertido en un gran luchador. Y, por ultimo, el zombie que habla, nada más que decir sobre este.
En cuanto al doblaje al español de la película, no hay queja, ya que un servidor la ha visto en inglés con subtítulos en italiano y se escuchaba con total claridad. En definitiva, una película entretenida de principio a fin que causará al espectador curiosidad por ver las siguientes entregas.
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