miércoles, 12 de diciembre de 2012

Cuaderno de Zombitácora XLV: 4ª Zombie Walk de Alicante

Después de la tormenta, siempre llega la calma. Este fin de semana ha pasado un huracán de vísceras y sangre por Alicante y como ya dije en la anterior página de la Zombitácora, Spoiler Zombie no podía faltar a la cita. No pudo ser en Madrid (CdeZ XX: Pudrirte con caminantes es pudrirte mejor). Se nos escapó Ciudad Real entre los dedos (CdeZ XXXIX: Zombificados, vienen a La Mancha guapos y sanos)... pero Alicante era un blanco demasiado fácil como para dejarlo escapar. Cámara en mano me dirigí a mi primera cita con los muertos vivientes: FNAC. Personalmente he de decir que aprovecho cualquier excusa para pasarme un rato por la tienda y, aunque los zombies eran el leitmotiv de la visita, mi freak interior se desdobló por un momento hacia una vertiente algo más... normal. El reloj marcaba las 19:00. Aun tenía tiempo para tomarme un café y ojear el cómic que había comprado. Mi asiento apuntaba directamente hacia la escalera principal del centro comercial. Lo que en un principio era un simple café se convirtió en una suerte de barricada improvisada desde donde controlar las potenciales presas de mi objetivo. 20:00. Solo faltaba media hora para que diera comienzo la "Pasarela zombie". Compruebo el espacio libre de la cámara, abro el objetivo y emprendo el camino que separa la cafetería del patio principal del centro comercial. La imagen era dantesca.


Lo tenían todo rodeado. Un comando de soldados ataviados para la ocasión intentaba frenar el ataque de unos zombies excelentes tanto en el contenido como en la forma. Maquillajes y actuación impecables. Luego recordé que el especialista en efectos especiales, Cayetano Hernández andaba por allí y había hecho de las suyas con alguno de los presentes.











Tras dar una vuelta e inmortalizar las caras (o lo que quedaba de ellas) de los presentes, dio comienzo la entrega de premios. Los afortunados recibieron como premio a la originalidad un juego de artículos de "The Walking Dead" y un bono valorado en 50€ para gastar en FNAC. Así de sonrientes posaban los ganadores y los responsables del evento.
 






Una vez se dispersó la barahunda de pústulas, me disponía ya a abandonar el recinto satisfecho por las instantaneas con las que me hice, pero la cosa no había hecho más que empezar. La avanzadilla anti-zombies volvió a guerrillear con estos, esta vez entre los mismos pasillos de la tienda, con todo lo que ello conlleva: caras de asco entre la clientela, algún susto que otro, constantes disparos al aire y certeros a los maltrechos craneos de los protagonistas aquel día. Y las cámaras volvieron a volar entre alaridos y silbidos de bala.











En definitiva, fue un día redondo. No solo pasé un buen rato entre freaks de mi calaña, sino que saqué a pasear la cámara y tuve la oportunidad de conocer a gente de lo más interesante, entre ellos a la gente de Genoma AirSoft, de Excéntricos Comunicación, al cineasta Maxi Velloso y a Cayetano, de quien os hablaba antes. Eran las 22:00 y aun me quedaba un rato hasta llegar a casa, y para entonces ya habría hecho los descartes y elegido las fotos que hoy veis aquí, de cuyos retoques es responsable Eduardo Sánchez. No había llegado a Elche cuando ya estaba pensando en el sábado y en cómo iba a abordar el día de nuevo rodeado de no-muertos, porque sí, cuando en Alicante se abre la veda, no te escapas ni por guapo: aun quedaba la joya de la corona, el punto álgido de la semana... la IV Zombiewalk de Alicante.

El día amaneció frío pero el Sol brillaba con fuerza. Se daba esa sensación tan extraña de luz cegadora combinada con un frío que calaba los huesos. Aun quedaban un par de horas para que diera comienzo la marcha propiamente dicha, pero dada la publicidad que se hizo a las actividades previas y los términos en que eran anunciados, la asistencia a los mismos se hacía no solo recomendada, sino obligada. No fue difícil encontrar los primeros signos de putrefacción, tan solo bastó con seguir el rastro de olor y alaridos. Estos me llevaron hasta el casco antiguo, concretamente a El Claustro, donde una legión perfectamente sincronizada de maquilladoras/es (Lorena Yago- Original Make Up, Jesús Diaz Blood Virus, Estefanía Torres Ricón, Ana Ros, Maria Ripoll, Yolanda Sanchís, Karmen Make Up, M Amor, Erika Fernandez y Tania Sánchez) ponían en práctica sus habilidades para transformar a los presentes.






















Tal y como dije en la entrada anterior, la sesión de maquillaje estaría acompañada de bodas zombies. A decir verdad, no sabía a qué me iba a enfrentar, hasta que vi a un respetable señor vestido de negro con el correspondiente alzacuellos, tal y como dictan los cánones católicos. Lo único es que también lucía unas magníficas heridas y unas ojeras de campeonato... todo fuera por no desentonar. Así que, megáfono en mano, relució el seminarista cargado de ilusiones que jamás pensó que acabaría oficiando ceremonias entre no-muertos. ¡Hasta hubo un bautizo zombie!





Unas palabras por parte de los organizadores por aquí, unas breves normas de comportamiento por allá... y la marcha da comienzo. Una más generosa horda de zombies formaba una masa informe de ruina y destrucción a la que me uní, siempre anteponiendo el afán informativo a mi propia integridad física. La gente de The Road Productions ha montado un vídeo que refleja lo terrible de la situación, en este caso en movimiento.







 














El trayecto finalizó en el pub Cure, donde escuchamos el solemne manifiesto zombie de boca del locuaz y funesto sacerdote que momentos antes había unido en sagrado matrimonio a numerosas parejas de muertos enamorados. Tras el majestuoso acto, y aun con lágrimas en los ojos por la emoción, "El comandante Alest y su escuadrón Bonobo" hicieron nuestras delicias versionando a Ramones con un acierto inusitado.






El día llegaba a su fin. Aun con el murmullo de los muertos a mi espalda, dejaba el pub atrás y emprendía el camino hacia el tren que me llevaría de vuelta a casa. Me ajusto los auriculares, termino de guardar la cámara en su funda protocolaria y al encender el reproductor caigo en la cuenta del significado de una noche redonda: Misfits sonaba en reproducción aleatoria. La divina providencia quiso que "Scream" coronara una noche de buen rollo difícilmente mejorable, y eso no se consigue con dos o tres buenas intenciones. Si la cosa fue tan rodada fue gracias al buen rollo reinante durante toda la tarde-noche, a la predisposición de los asistentes a ser fotografiados, a la voluntad de la gente de intercambiar información, links y correos electrónicos, pero sobretodo a la vocación por pasar un buen rato y olvidarse momentáneamente de las preocupaciones e inquietudes diarias para sustituirlas por un poco de maquillaje, unos andares algo inestables y la ilusión de sacar por un rato el freak que late en nuestros podridos corazones.                   

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