lunes, 31 de marzo de 2014

Sobre la 4ª temporada de 'The Walking Dead'

Aviso, escribo esta entrada en caliente tras ver el 4x16 de 'The Walking Dead'. No sé muy bien qué voy a poner, pero activo la ALERTA SOPILER, que nunca se sabe. Bien, ¿te has ido ya? ¿sigues ahí? Tú mismo... Ufffff. La verdad es que no sé por dónde empezar. Podría decir el topicazo de que esta cuarta temporada ha ido de más a menos. Creo que realmente es así, pero es que la segunda parte, y sobre todo este último capítulo, me han dejado tan frío, tan carente de tensión y emoción, que casi tapa lo bueno que haya podido tener esta 4th season.

El comienzo de la temporada me gustó. La novedad de esa misteriosa y letal gripe me cogió por sorpresa y creo que fue algo positivo. Se introdujo un elemento más que se escapa de los conocimientos de los personajes y que, a ojos del espectador medio, encaja en el entorno apocalíptico de 'The Walking Dead', donde el ser humano ha perdido todas las facilidades que tenía. Salvo algunos capítulos con secuencias anodinas, creo que los primeros ocho episodios cumplieron bastante bien (y con un Andrew Lincoln cada vez mejor). Es más, para mí el 4x08, 'Too Far Gone', con el que se llegó a la mid-season, fue el mejor de todos. Guerra entre el grupo de la prisión y El Gobernador con su nuevo 'ejercito'. Sangre, muerte, destrucción, tensión, sorpresas... Lo que debería ser esta serie, si no permanentemente, al menos sí con más frecuencia.

Por el contrario, de los siguientes ocho capítulos apenas rescato dos, a lo sumo tres momentos. Me encantó el episodio 4x14, 'The Groove'. Lizzie, como una puta regadera, mata a su hermana Mika. Mítica la frase "tranquilos, volverá, no le he dañado el cerebro", o la de "Lizzie, mira las flores", pronunciada por Carol antes de acabar con su vida. Se me encogió el corazón en esos 15 minutos entre una secuencia y otra. También me ha gustado el momento "caníbal" de Rick en el último (4x16 - 'A'), cuando muerde el cuello al jefazo de los moteros (así los llamo yo) para librarse de él y luego acuchilla al hombre que tenía preso a Carl. A Rick se le ha ido la olla, y nosotros bien que lo disfrutamos. Grande también el momento en que le dice a Daryl "eres mi hermano". Norman Reedus, otro fenómeno.

Pero por lo demás... Me sobran las cursiladas entre Glenn y Maggie. El asiático era uno de mis personajes preferidos de la serie hasta que apareció la hija del granjero. Pasó de ser un chico escurridizo y valiente a ser un moñas pasteloso y débil. Odiosas las secuencias en las que se quedan mirando sin hablar, viviendo en su particular mundo happyflower. Por otro lado, también me sobraron los capítulos en los que Daryl y Beth acaparan la pantalla. Me apetecía ver llorar a Daryl, en sentido positivo, pero joder, no en compañía de una cría que se obsesiona con beber una copa antes de que la muerte le encuentre. Por momentos pensé que se liaban, eso me habría convencido más, no tanta ñoñería. Eso sí, al final la tipa coge el coche, se pira y ya no se sabe nada de ella. Me gusta la actriz, pero no el personaje. Ah, y un par de cosas más: nos vendieron que los zombies volverían a ser la amenaza principal y nos la colaron, y lo de los tipos del 'Terminus' se veía venir.

En fin, ¿ahora qué? Pues esperar. Me guste o no, estoy enganchado a esta serie y, lo rezonozco, pese a estas críticas, mucho debería empeorar para que dejara de verla. En cualquier caso, hasta octubre, nanai. Es momento de centrarse en el cómic y, por qué no, volver a repasar episodios anteriores para detectar detalles y demás cositas. ¿Qué os ha parecido a vosotros la cuarta temporada?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Quieres comentar esta entrada? Adelante, pero... ¡cuidado, muerto viviente! Usa un lenguaje adecuado y sé respetuoso con el resto de zombies. De lo contrario, el comentario será eliminado. ¡Gracias por visitarnos!