¡CUIDADÍSIMO! ¡Despertad a la abuela! ¡Avisa a los vecinos! ¡Que venga el gato! (Al gato no le va a importar una mierda. No te va a prestar la más mínima atención. NI GANAS). Hay algo que tenéis que saber y cuanto antes os lo quitéis de encima, mejor para todos. Una cosa menos. Reclamo tu atención para después avisarte de que el contenido de la convocatoria es un trámite tedioso análogo a hacer cola en las oficinas del catastro (sea lo que sea que se haga en esas oficinas).
¡Que no! Estoy muy emocionado, en serio. Olvidad el contraste de antes, sólo era una chanza sin maldad de la que me arrepiento profundamente pero que ni me voy a molestar en borrar por purísima pereza.
En fin, la cosa es que la noticia me ha explotado violentamente en la cara y tenía que compartirla. Quería compartir la metralla con vosotros. A lo largo de toda su carrera como salvador de la humanidad, Arnold Schwarzenegger ha matado de todo, desde terroristas hasta alienígenas pasando por el mismísimo Satán. Pero le quedaba algo por catar.
