miércoles, 6 de febrero de 2013

Cuaderno de Zombitácora L: Rodarán cabezas

"Tengo un jugador entre los dientes"
Si, si. Cincuenta entradas ya. "¡Pero bueno, si parece que fue ayer cuando empezaste, Inhumano!" Ha, ha, ha. Eso me decía ayer mi abuelo cuando le comentaba que había llegado a la cifra mágica. Mi abuelo es un gran seguidor de este blog y, concretamente, de esta sección, ¿eh? Si, si, no es broma. ¡Me tomaréis por loco, pero algunos de los comics me los recomienda él! Si. La tercera edad al servicio de las nuevas tendencias.

¡Y UNA MIERDA! ¡Ni por error ha entrado mi abuelo al blog! Todo mentira.

¿Y qué me decís de la numeración? "Buff, no contabas con esa, ¿eh, Inhumano de los cojones?" "¡En qué estarías pensando cuando empezaste con los números romanos, iluminado de chichinabo!" ¿Cuaderno de Zombitácora L? ¡Pero bueno! ¿Qué demonios quieres decir con eso? (le hablaba a un ente superior, muy probablemente romano) ¿Una sección novel? Ha, ha, ha. ¡Ojo, que viene Inhumano con su inexperiencia! ¡El blogger novato al volante! La sección que no podía ir a más de 80 km/h. El blog que solo sabía aparcar en batería. Ha, ha, ha. La secciVENGA YA, COÑO! ¡NO ES PARA TANTO! ¡Qué ganas de darle vueltas a las cosas! (se enfada... con él mismo).

Yo que se. Podría haber traído algo super chocante para celebrar el medio centenar de páginas, pero no. Menudo frenazo, ¿eh? ¡Blogger interruptus! Ha, ha, ha. Eso si, lo que os voy a enseñar hoy es algo curioso. Ni actual, ni impactante. Simplemente curioso. De ese palo va hoy la Zombitácora.

Se trata de una campaña que llevó a cabo el canal de terror 13th Street tiempo atrás. Una campaña singular y eficaz a partes iguales que sale de la mente de los diseñadores y publicistas de la ecléctica agencia Jung Von Matt y de los pinceles del artista Oliver Paaß. Cuando pretendes promocionar algo, en lo primero que piensas es en cómo impresionar al público, y los publicistas saben bien que la susceptibilidad de este está a flor de piel cuando no se piensa en gran cosa. Ataquémosles entonces... mientras juegan a los bolos, con el nivel intelectual marcando mínimos. 


Ver la reacción de los jugadores al ver semejante "maravilla" saliendo por aquellos conductos de la bolera no tiene precio. Pero lo verdaderamente curioso de todo esto es que, aun sabiendo que no dejan de ser bolas, hay ciertas personas un tanto reacias a meter los dedos. ¡Hay incluso quien se limpia después de sacarlos de los agujeros!



El realismo del dibujo es acojonante, por no hablar del acierto del dibujante a la hora de dirigir el trazo en función de la posición de los agujeros. No sería lo mismo si no metieras los dedos en la boca o en los ojos de estos zombies rodantes, por supuesto. Todo sea por pasar un buen rato, o como reza el eslogan del anuncio: laugh... digo, scream your head off!!  

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