'La Noche de los Muertos Vivientes' o 'Night of the Living Dead' marcó un antes y un después en el estereotipo zombie llevado a la gran pantalla de la mano de Goerge A. Romero en 1968. La primera película del director del género Z tiene lugar, como su título dice, durante una larga y pesada noche dentro de una casa. Ahí se esconde Bárbara, la protagonista (Judith O’Dea), tras ser perseguida por el primer caminante de Romero después de que éste ataque a su hermano Johnny (Russell Streiner) en el cementerio cuando ambos van a visitar la tumba de su padre.
Bárbara, histérica tras este acontecimiento, se encuentra con Ben (Duane Jones), que después de intentar alejar a los zombies de la casa, ambos empiezan a investigarla y encuentran una radio para obtener noticias no muy buenas desde el exterior, además de un arma. Pero al cabo de un tiempo en la casa descubren que hay más gente en el sótano, una familia compuesta por Harry Cooper (Karl Hardman), Helen Cooper (Marilyn Eastman), y su hija (Kyra Schon) infectada por un no muerto, y una joven pareja, Tom (Keith Wayne) y Judy (Judith Ridley).
Estos individuos tendrán que aprender a convivir y a respetar las decisiones del otro, llegando a haber momentos de seria disputa entre Ben y Harry Cooper, pero ahora contarán con la televisión para poder informarse con mejor certeza de los acontecimientos. Se dan cuenta que la causa de que los muertos vuelvan a ponerse en pie en busca de carne humana se debe a la radiación y la única manera de acabar con ellos es a través de un tiro en la cabeza o quemándolos. Las ideas racionales de Ben y la tozudez de Harry llegan a recordar discusiones similares de la película de '12 Hombres sin Piedad' (1957) entre Norman Fell y Franchot Tone.